Uno de cada cuatro niños, entre los 5 y los 12 años, tiene algún problema visual que puede afectar directamente su desempeño escolar. Por eso, el deber de todo padre es llevar a sus hijos, a tiempo, a un examen completo de la vista pues esperar a que los pequeños se quejen por problemas en la visión, puede ser fatal.
Si un niño tiene problemas con su rendimiento académico, está desmotivado, es perezoso o sus maestros lo tachan de "mal alumno", hay que ponerle cuidado. Todo puede deberse a problemas de la vista.
La demora de un examen puede tener un impacto físico, mental y emocional en el niño por lo que es necesario realizar una evaluación temprana. Una buena visión es esencial, tanto para el desarrollo físico como para el progreso educacional de los niños en la etapa de crecimiento.
Las evaluaciones de rutina deben comenzar desde el nacimiento, en el hospital, y se deben continuar haciendo en las siguientes edades:
- Bebés (hasta 24 meses): Se aconseja hacer el primer examen a los 6 meses de edad, ya que entre los tres y cuatro meses los ojos del bebé deben poder enfocar objetos pequeños. A los 6 meses, el bebe ya debe enfocar su vista en objetos distantes y cercanos.
- Edad prescolar (2-5 años): Los exámenes deben hacerse a los 3 y 5 años. El médico debe medir la agudeza visual del niño con la utilización de imágenes.
- Edad escolar (a partir de los 6 años): Los exámenes deben realizarse anualmente. Para esta edad el examen es similar al de un adulto.